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Jaime Sabines

El homenaje más importante es que me lean, que mis libros sirvan de algo. Una vez, un muchacho me dijo que mi poesía lo había acompañado durante tres años en la azotea de su casa mientras estudiaba leyes. Cuando se recibió, me dio las gracias por esa temporada.49
Jaime Sabines

En la esfera de la poesía mexicana, la figura del chiapaneco Jaime Sabines (1926–1999) se destaca como uno de los poetas más apreciados por una multitud de lectores que en alguna ocasión el cronista Carlos Monsiváis bautizó como “La orden de los amorosos”.

El grandísimo alcance de la obra del creador de “Los amorosos” —su poema referente—, reside en su cualidad humana. Su poesía habla sobre las cosas y los hechos cotidianos desde un lenguaje natural e irrestricto, capaz de aferrarse a la memoria de aquellos que citan sus versos con la facilidad de quien conversa acerca de su vida.

Alejado de las tendencias y los grupos intelectuales, Sabines dejó un legado que sigue vivo: Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1962) y Tarumba (1979), son sus libros más notables, además de antologías como Recuento de poemas, son constantemente reeditados y estudiados en países como Alemania, Estados Unidos, Bulgaria, Canadá, Cuba, Chile, Francia y España. Su obra ha sido traducida a una veintena de idiomas entre los que se cuentan el chino, ruso, árabe e italiano.

Secretaría de Cultura. (23 de marzo de 2016). El homenaje más importante es que me lean. Que mis libros sirvan de algo: Jaime Sabines. Recuperado de https://www.gob.mx/cultura/prensa/el-homenaje-mas-importante-es-que-me-lean-que-mis-libros-sirvan-de-algo- jaime-sabines
© Rogelio Cuéllar
Hugo Sánchez

El 10 de abril de 1988 es una fecha que ha quedado grabada en la historia del fútbol. Hugo Sánchez (Ciudad de México, 1958), entonces delantero del Real Madrid, recibía una ovación de tres minutos por parte de 80 mil aficionados enloquecidos en el estadio Santiago Bernabéu tras colocar uno de los goles más legendarios de la Liga española: una chilena perfecta en la portería del Logroñés.

Con solo 14 años, Hugo Sánchez ya formaba parte de la Selección mexicana para los juegos olímpicos y ganó un torneo de la Concacaf. Su carrera comenzó con los Pumas de la Universidad; continuó en España como parte de la escuadra del Atlético de Madrid, en 1981, y luego se ganó la calidad de leyenda jugando para el Real Madrid, fichado en 1985. “Cuando llegué a España, la gente me gritaba indio; cuando me fui, me gritaban Hugol”50, recuerda Sánchez.

Es conocido como el “Pentapichichi” por haber sido cinco veces ganador del trofeo que se otorga en España al mayor goleador en el campeonato nacional de la Liga. También fue ganador de una Bota de Oro (1989–1990) y cuatro veces mejor extranjero de la Liga (1987 a 1990).

Con 164 goles se consolidó como el quinto goleador madridista en la Liga y con 234 como el cuarto máximo goleador global en la historia del torneo español. Como seleccionado nacional azteca jugó 76 partidos y anotó 42 goles. Es el mejor futbolista mexicano del siglo XX.

Colmenares, M. (12 de julio de 2017). Hugo Sánchez, el mexicano que derrotó al racismo en España. Noticieros Televisa. Recuperado de https://noticieros.televisa.com/especiales/hugo-sanchez-mexicano-que-derroto-racismo-espana/
Archivo General de la Nación
Carlos Santana

Carlos Santana (1947) es considerado uno de los grandes guitarristas de todos los tiempos. Su nombre está inscrito junto al de las grandes leyendas de la música en el Rock and Roll Hall of Fame, no solo por su dominio del traste, sino también por haber traspasado la frontera que dividía al rock de la influencia latina.

Su personalidad musical comenzó a construirse desde muy temprana edad. Su padre era mariachi y su hermano guitarrista, así que él comenzó a tocar el violín y la guitarra a los cinco años, allá en su natal Jalisco. Durante su adolescencia, en Tijuana, perfeccionó su técnica bajo la tutela de Javier Bátiz y a los 22 años irrumpió en el escenario de Woodstock, frente a más de 400 mil personas que enloquecieron al ritmo de Evil Ways.

En el año 2000 su disco Supernatural venció varios récords de venta y en una sola noche se hizo acreedor a nueve premios Grammy, superando la marca impuesta por Michael Jackson.

Es conocido como “El Chamán de la guitarra” por promover la idea de la música como medicina espiritual. Fiel a su condición chicana, rescata los mitos de sus antepasados para sacralizarlos, se reconoce a sí mismo guadalupano y también como un rebelde en el que convergen los espíritus del “Che” Guevara, Pancho Villa y Gerónimo, con la convicción de que es posible una “revolución
sin violencia”.

Anónimo
Santo, el enmascarado de plata

La lucha libre es una de las manifestaciones culturales más representativas del país. Una representación de la eterna lucha entre el bien y el mal: los técnicos contra los rudos, la ética contra la ilegalidad que refleja la idiosincrasia mexicana.

En la congregación de la lucha libre se levantó un “Santo” de gran veneración, el único súper héroe de carne y hueso en el mundo: El enmascarado
de plata.

Detrás de la máscara, que colmó arenas y butacas de cine, estaba Rodolfo Guzmán Huerta (1917–1984), nacido en Tulancingo, Hidalgo, pero criado en el barrio bravo de Tepito. Su debut sobre la lona fue en 1934 y luego de varias caídas —sin límite de tiempo—, interminables abucheos y descartados nombres como el Hombre Rojo, Demonio Negro, y Murciélago II, en 1942 llegó a la Arena México con la máscara plateada y el nombre que lo convirtieron en leyenda.

El “Santo” trascendió el terreno de la lucha para entrar al mundo de las historietas y protagonizar una cincuentena de filmes —entre 1958 y 1980—, donde combatió asesinos, monstruos del espacio, mujeres vampiro y gánsteres internacionales. Es un ícono de la cultura popular mexicana.

Archivo fotográfico periódico Esto
Sarape
Archivo General de la Nación
Sarape

Es una prenda tradicional mestiza, originalmete de uso masculino, que amalgama en su urdimbre la tradición textil mesoamericana con el tejido europeo. Aunque no se tiene un dato exacto de su origen, se cree que es la evolución de la tilma, usada por los indígenas, la cual se fusionó con las capas andaluzas y valencianas traídas por los españoles en el siglo XVI.

Esta prenda se elabora en diversas regiones del país, en las que se le conoce con nombres como: tilma, gabán, chamarro, jorongo, cotón, cobija y frazada. Pero el sarape considerado clásico y emblema del país es el que realizan los artesanos en Saltillo, Coahuila.

En el siglo pasado, se trató de una prenda inseparable de peones, jinetes, charros y gente del pueblo. En el siglo XIX fue usado por los insurgentes, chinacos y plateados.

El sarape saltillense se teje artesanalmente en un telar de pie, con lana teñida con tintes naturales. El diseño clásico presenta una degradación de ocho tonos de colores, a la que llaman “sombras” —inspirado en los amaneceres o los atardeceres del pueblo—, los que se combinan con una cenefa, además de contener en el centro la figura de un diamante, símbolo de riqueza.

Tomás Segovia

La poesía de Tomás nos acompañó en la dicha amorosa pero también en el desamor, el abandono y la soledad. Para esos tramos oscuros de la vida, Cantata a solas es [...] casi “un manual de sobrevivencia”. 51
Enrique Krauze

Tomás Segovia (1927–2011), a sus trece años de edad, desembarcó en México y encontró en este país un solidario refugio, como tantos exiliados de su España natal que entraba entonces en la guerra civil. Aquí vivió la plenitud de su adolescencia y se formó hasta llegar a ser uno de los grandes poetas de la lengua española.

Su obra —que lo hizo merecedor de la Beca Guggenheim (1950), el Premio de Extremadura
a la Creación (2007) y el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2008)— incursionó con profundidad en lo mítico, el eterno misterio del amor y en un erotismo “ávido de cuerpo”, de altos vuelos literarios.

Entre sus principales obras se encuentran La luz provisional (1950), El sol y su eco (1960), Anagnórisis (1967) —extenso poema de compleja estructura, emblema de su bibliografía—, Cantata a solas (1985) y la Casa del nómada (1994), entre otros.

Retrato de poeta en el café. Recuperado de https://www.letraslibres.com/mexico-espana/retrato-poeta-en-el-cafe
© Paola González Vargas
Francisco Serrano

Para Francisco Serrano (Ciudad de México, 1937), la arquitectura es el arte mayor. Su obra es considerada un testimonio de desarrollo del México actual y ha sido reconocida a nivel mundial.

En el año 2002 fundó Serrano Arquitectos y Asociados S.C. junto con Susana García y su hijo, Juan Pablo Serrano. Es autor de un sinfín de construcciones como el Centro de Ingeniería Avanzada de la UNAM, la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México y las embajadas de México en Guatemala, Alemania
y Brasil.

Gracias a su increible trayectoria ha sido merecedor de varios reconocimientos y galardones entre los que destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de Bellas Artes (2003) y la Medalla Bellas Artes de Arquitectura (2018). El Instituto Nacional de Antropología e Historia le otorgó el reconocimiento por su contribución a generar patrimonio arquitectónico (2008); además, recibió el Premio Nacional de Arquitectura de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México A.C. (2011).

Cortesía Francisco Serrano
Silla Acapulco

La silla Acapulco es de los diseños más reconocidos del siglo XX. Fue creada por artesanos del puerto que le da su nombre en la década de los años cincuenta, en aquel tiempo en que Acapulco se convirtió en el refugio favorito de las grandes estrellas de Hollywood.

Se trata de un armazón de fierro sobre el que se realiza, completamente a mano, un entretejido con hilos de hule en variados colores, que dan forma a un asiento cóncavo y cómodo, cuya trama permite que el viento pase por sus hendiduras, contrarrestando el calor del verano.

Su estilo simple y característico ha generado infinidad de versiones de esta silla, la más popular es la “hornitos”, pequeña y ovalada, pero también existe la “condesa”, con descansabrazos; la “pichilingue”, con un respaldo más redondo y similar a una pequeña banca, y la “hornos”, grande y ovalada. Todas fueron bautizadas en honor a las playas acapulqueñas.

Su uso se ha extendido hasta llegar a destinos playeros en Estados Unidos, Sudamérica, Europa, y Asia donde incluso la presentan como “silla Ibiza”, pero no hay que confundirse de puerto, este diseño es completamente mexicano.

© Paola González Vargas
Francisco Gabilondo Soler / Cri Cri

Nacido en Orizaba, Veracruz, Francisco Gabilondo Soler (1907–1990) “no solo es la figura más importante e influyente de la historia de la música infantil en México y el mundo de habla hispana —afirma el músico y escritor Gerardo Australia—, es un referente esencial de la cultura popular que nos identifica como mexicanos y latinoamericanos”52.

Era un niño que odiaba ser adulto. Amante de la astronomía, la lingüística y la música, en 1934 se tornó en “El grillo cantor” y durante tres décadas representó a la conciencia de varias generaciones a las que les habló “al oído” desde la frecuencia de la XEW.

Fue asediado por Walt Disney, quien intentó inútilmente comprar los derechos de sus personajes y su música en varias ocasiones. Solo colaboraron juntos hasta 1963, cuando el director Carlos Amador incorporó varias caricaturas creadas por Disney en la película sobre la vida del compositor.

Fue autor de 263 piezas y canciones, envueltas en una aparente simplicidad, cuyas letras y melodías hipnotizaron a chicos y grandes, por ejemplo: “El Chorrito”, “La marcha de las letras”, “El ratón vaquero”, “El negrito bailarín” y muchas otras que siguen siendo escuchadas en México, Estados Unidos y Latinoamérica.

Australia, G. (2016). Francisco Gabilondo Soler, su obra y sus pasiones; una herencia para México. Ciudad de México: Fundación Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri, p. 9. Recuperado de http://biblioteca.diputados.gob.mx/janium/bv/lxiii/fran-gabil-soler.pdf
D.R. © Archivo Tomás Montero. Fundación Francisco Gabilondo Soler.
Sombrero y traje de charro

De entre los objetos que le dan identidad a nuestro país, el traje y sombrero de charro son elementos vitalicios. En 1931, el expresidente Pascual Ortiz Rubio expidió un decreto para que el traje de charro adquiriera el título del atuendo oficial y símbolo de nuestra nacionalidad.

El origen de esta vestimenta mestiza se remonta a la época colonial cuando nacieron los chinacos, jinetes dedicados a las faenas del campo, quienes más tarde adquirieron fama de valientes cuando se convirtieron en auxiliares del ejército, primero en la guerra de Reforma —a Maximiliano de Habsburgo se le atribuye la modificación del pantalón de charro en esta etapa— y posteriormente en la intervención francesa en México. La imagen del charro poco a poco acaparó la representación costumbrista, popularizada gracias a los personajes del cine de la Época de Oro, siempre ataviados con sombrero de ala ancha, pantalón con chaparreras y chaqueta con botonadura vistosa.

En 1936, cuando Lázaro Cárdenas se acompañó por el mariachi en la gira de su campaña presidencial, exigió que portaran el atuendo nacional y a partir de entonces ambos símbolos se entrelazaron.

© Paola González Vargas
Sopa de tortilla

 

 

 

 

 

 

La sopa azteca es un platillo tradicional originario de Tlaxcala, estado cuyo nombre significa “Lugar donde abundan las tortillas” o “Tierra de maíz”. Se conoce popularmente como sopa de tortilla y es la reina de las sopas en México.

Se elabora a partir de tiras de tortilla de maíz fritas, sumergidas en caldo de pollo y epazote, condimentado con jitomates, ajos, cebollas y chiles secos —pasilla o ancho—. A esta base se pueden añadir otros ingredientes como queso panela o ranchero, aguacate, pollo deshebrado, crema y trozos de chicharrón, entre otros, aderezados con limón.

© Paola González Vargas
Juan Sordo Madaleno Cortesía de Sordo Madaleno Arquitectos

Entre los arquitectos mexicanos que promovieron la modernización de la arquitectura en México en la primera mitad del siglo XX se encuentra Juan Sordo Madaleno (Ciudad de México 1916–1985), quien en 1937 fundó el despacho Sordo Madaleno Arquitectos, dando a conocer un estilo de “Arquitectura moderna mexicana” que destacó dentro y fuera del país.

Algunas de sus construcciones más representativas son el Palacio de Justicia en la Ciudad de México (1964), en colaboración con el arquitecto José Adolfo Wiechers, Plaza Satélite (1971) en el Estado de México, y el Hotel Presidente Intercontinental (1977) en la Ciudad de México.

En 1985, el despacho quedó en manos de su hijo, Javier Sordo Madaleno Bringas, quien en más de cuarenta años de carrera ha desarrollado proyectos como el Hotel Westin Regina Los Cabos (1993), en colaboración con José de Yturbe y la iglesia San Josemaría Escrivá (2008), además de ser acreedor a reconocimientos como el Premio al mejor edificio en la categoría de futuros proyectos residenciales, dentro del marco del World Architecture Festival (WAF), por el proyecto Amelia Tulum (2018), y el nombramiento como Miembro Honorario del American Institute of Architects (AIA) en 2017 por su significativa contribución a la arquitectura y a la sociedad.

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