Amalia Hernández (Ciudad de México, 1917–2000) fue la creadora, directora y coreógrafa del Ballet Folklórico de México. Todo comenzó en 1952 cuando formó una pequeña compañía que mezcló el folklor mexicano con el rigor del ballet y la danza moderna, con la cual se presentó semanalmente en el programa televisivo Función de Gala.
La compañía tuvo tanto éxito que recibió una invitación, por parte del Departamento de Turismo, para llevar su espectáculo a otros países con el fin de promover la imagen de México. El expresidente Adolfo López Mateos les ofreció el teatro del Palacio de Bellas Artes, en donde se han presentado ininterrumpidamente desde octubre de 1959. En la actualidad, el Ballet está integrado por más de 65 bailarines y músicos que realizan giras mundiales con la misión de reavivar las danzas, costumbres y tradiciones mexicanas.
La prensa internacional reconoció a Amalia Hernández como la “Emperatriz del tesoro mexicano del folklor” y describe al ballet como “un museo viviente que transmite por el mundo tradiciones culturales de México”5.
Elisa Carrillo Cabrera nació en Texcoco, Estado de México, en 1981, y desde muy pequeña sintió fascinación por el movimiento; inventaba coreografías que presentaba para sus padres en la sala de su casa. Comenzó su entrenamiento en ballet clásico a los seis años de edad, tres años después ingresó a la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA y a los 15 años recibió una beca para estudiar en el English National Ballet School de Londres.
Después de graduarse en Londres fue contratada por el Stuttgart Ballet de Alemania. Su gran salto a la fama se dio en 2009, cuando protagonizó Blanca Nieves, papel que la convirtió en una estrella del ballet europeo. Al poco tiempo después fue nombrada Prima Ballerina del ballet berlinés, reconocimiento que ninguna otra bailarina mexicana había alcanzado.
En el año 2010, la Cámara de Diputados nombró a Elisa Carrillo “Embajadora de la Cultura” y más tarde se convirtió en la primera mexicana en obtener tres de los premios más importantes de la danza clásica a nivel mundial: el del Festival Internacional Dance Open de San Petesburg, en el año 2013; el premio “Alma de la Danza”, por parte del Ministerio de Cultura de la Federación Rusa —en reconocimiento a su labor de promoción del patrimonio clásico del mundo— y el premio Benois de la Danse, en el teatro Bolshoi en Rusia,
en el 2019.
En el año 2018, Isaac Hernández (Guadalajara, Jalisco, 1990) hizo historia al convertirse en el primer bailarín mexicano en recibir el Premio Benois de la danse —en Rusia considerado el mayor reconocimiento que un bailarín de ballet clásico puede recibir—, por su interpretación de Don Quijote con la Ópera de Roma.
Curiosamente, fue este papel el primero que aprendió de memoria siendo niño, bajo el entrenamiento de su padre, el bailarín Héctor Hernández, quien fungió como el maestro y guía que lo ayudó a perfeccionar su técnica desde los ocho años.
Esta preparación sentó las bases para su posterior desarrollo en escuelas como el Instituto Superior de Arte de Bourdeaux, en Francia; la Escuela Nacional de Cuba, en la Habana; el American Ballet Teather (ABT) de Nueva York, para continuar su formación en el Australian Ballet, la Ópera de París, Stuttgart Ballet, Eglavsky Ballet, National Ballet of Canada y Royal Ballet de Londres, entre otros.
Luego de irrumpir en la escena dancística internacional, Isaac regresó a México para crear Despertares (2018), considerado por la revista especializada Dance Europe como “la gala de danza más grande del mundo”, en el que participan bailarines de academias como el English National Ballet, American Ballet Theatre, Ópera de París, Royal Ballet de Inglaterra, entre otros; junto a exponentes de otras disciplinas como tap y hip hop.
También ha sido reconocido con el Premio al Talento Clásico en el Prague Dance Festival de Praga, República Checa (2002); el Premio Nacional de la Juventud en Actividades Artísticas en México (2002), y la medalla de oro de la categoría pre-pro y Grand Prix en el Concours International Odysseé de la Danse en Lyon, Francia (2002).