Jj Archives - Origen México
Libro Jj A,B,C
Jaguar

Considerado el amo de las selvas mexicanas, el jaguar es el felino más grande de América y el tercero del planeta, superado solo por el tigre y el león. Desde los áridos matorrales de Arizona hasta las selvas de Misiones en Argentina, el poderío del jaguar se extendía por un vasto territorio mesoamericano que, con el paso de la civilización, se fue extinguiendo.

En México es un animal de importancia simbólica, metáfora de poder y fuerza; que encarna la belleza, la ferocidad y la ambivalencia del bien y el mal.

Su presencia era constante en la religión y mitología de culturas precolombinas como olmecas, zapotecas, toltecas, mayas y aztecas. Los soberanos y grandes guerreros incorporaban en su atuendo y sus armas la piel, garras y colmillos del jaguar para invocar su poder.

Vestigio de esta tradición sobreviven —en estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero— rituales, danzas, fiestas y el uso de la máscara de jaguar: moldeada en cerámica o tallada en madera y policromada con incrustaciones de dientes, piel, cerdas o espejos en Oaxaca; también están las recamadas de chaquira, creadas por los huicholes; en Guerrero destacan las laqueadas de Olinalá o los cascos magistralmente tallados en Teloloapan.

Gerardo Díaz
Jícama

 
 
 
 

El nombre de este tubérculo proviene de la palabra náhuatl xicamatl, que significa “raíz que mana jugo”. Esta característica carnosa y fresca de su textura la volvió uno de los postres preferidos por los mayas para apaciguar los embates del calor.

Francisco Hernández describe, en el libro Historia Natural de la Nueva España, las propiedades de la jícama: “Extinguen la sed, combaten el calor y la sequedad de la lengua, suministran un alimento muy apropiado a los que tienen fiebre y alimentan al cuerpo. […] He oído decir han sido llevadas a España condimentadas con azúcar o cubiertas con arena”26.

Los conquistadores españoles llevaron esta raíz acuosa a las islas Filipinas, extendiéndose a muchas partes de Asia, en donde se le adoptó como ingrediente de varias recetas tradicionales.

Semillas de identidad, 31 alimentos que México dio al mundo. (2016). Revista Artes de México, (122), p. 32.
© Paola González Vargas
José Alfredo Jiménez

Fernando Savater alguna vez afirmó que José Alfredo Jiménez era “el mejor poeta de México, con perdón de Octavio Paz”27 y lo dijo aclarando que la frase no era suya sino del filósofo y escritor francés Jean-Paul Sartre, quien alguna vez le cantó al mismísimo Paz los versos de “vámonos, donde nadie nos juzgue…” con todo el dolor de su ronco pecho.

José Alfredo Jiménez (Dolores Hidalgo, Guanajuato, 1926-Ciudad de México, 1973) ha pasado a la historia como “el poeta de la desolación y la lírica cantinera”. Durante décadas, sus letras han acompañado a los corazones rotos, a los que sufren, a los enamorados y a los que a pesar de cualquier marginación siguen cantando, aún convencidos de que “la vida no vale nada”.

Las letras del “Hijo del pueblo” renovaron el género ranchero y sus 280 canciones conforman un patrimonio vivo y perenne que se propaga en los ecos de los mariachis, así en Garibaldi como en cualquier rincón del mundo en donde se escuchan los acordes de “El rey”, “En el último trago”,  “Si nos dejan” o “Que te vaya bonito”.

Zatarain, F. (25 de enero de 2009). Las nubes, Paz, Sartre y Savater. En La Jornada semanal. Recuperado de https://www.jornada.com.mx/2009/01/25/sem-febronio.html
© Yozuna N / Secretaría de Cultura-INAH
Soraya Jiménez

El 18 de septiembre ha quedado grabado en la historia del deporte mexicano como el día en que Soraya Jiménez Mendivil (1977–2013) se transformó en leyenda al coronarse como la primera mujer mexicana en ganar una medalla de oro en Juegos Olímpicos y la única campeona olímpica mexicana en halterofilia.

Transcurría el año 2000, con apenas 23 años y muchas dificultades, Soraya logró llegar a Sidney, Australia, siendo prácticamente invisible: inscrita en una competencia “para hombres” y alejada de los reflectores que se enfocaban en la esperanza olímpica depositada en otros atletas.

Algo insólito sucedía durante las pruebas de levantamiento de pesas que comenzó a llamar la atención de la prensa internacional. Una mexicana, poco a poco, agregaba peso a la barra y dejaba atrás a sus contrincantes en la categoría de 58 kilos. En la última prueba, con un solo movimiento, Soraya dejó sin aliento a millones de espectadores cuando levantó 222.5 kilogramos, que sostuvo por más de los diez segundos reglamentarios.

Por desgracia, la medalla de oro no fue suficiente para alejar las dificultades de la vida de la mujer más fuerte del mundo, quien murió a los 35 años, luego de constantes complicaciones de salud.

Poco después de su muerte, el Senado de la República le rindió un homenaje y le otorgó un reconocimiento por su trayectoria y aportaciones al deporte mexicano, que fue recibido por sus padres

Jitomate

El xiltómatl, ingrediente mesoamericano, cuya raíz náhuatl significa “ombligo”, fue domesticado por los aztecas, quienes ofrendaban los mejores ejemplares de esta fruta, acompañados de flores y copalli, a Tlazotéotl, diosa de la pasión y la lujuria.

Desde México se trasladó al Viejo Mundo de la mano de Hernán Cortés. En España, durante mucho tiempo su uso se redujo a planta de ornato, pues creían que era venenoso.

Fue en Italia en donde descubrieron su cualidad para adaptarse y mezclarse con otros ingredientes, por lo que lo nombraron pomodoro, es decir “manzana de oro” y perfeccionaron su cultivo hasta convertirlo en un fruto cada vez más grande, jugoso, fuerte y de múltiples y voluptuosas formas. Actualmente se conocen más de dos mil variedades de jitomate y es considerado uno de los ingredientes más importantes en el planeta. La dieta mediterránea e innumerables platillos mexicanos serían inconcebibles sin su presencia

© Paola González Vargas
Juan Gabriel


Por más de 40 años Juan Gabriel llevó su adorada música mexicana a millones, trascendiendo fronteras y generaciones. Para muchos mexicano-estadounidenses, mexicanos y personas de todo el mundo, su música suena como estar en casa.28

Barack Obama

Juan Gabriel (1950–2016) es el mexicano más cantado en el mundo. Según registros de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) cada 40 segundos se escucha en algún rincón del orbe un tema de su autoría.

“El divo de México” hizo de su vida una oda a la resistencia. Como Alberto Aguilera Valadez se sobrepuso al abandono familiar, al infortunio y la iniquidad. Parácuaro, Michoacán, fue su cuna, pero las calles de Ciudad Juárez fueron su crianza y escuela.

En la cárcel reconoció la libertad de la música y se tornó en Juan Gabriel, el fenómeno que pasó por encima de todos los tabúes para alzarse como estandarte de lo disidente: mientras que su estilo apasionado cautivaba a millones, su sola presencia desafiaba lo mismo a los estereotipos que al machismo y las ideas de clase.

Bajo registro de su autoría se cuentan 1800 canciones —a veces cursis, a veces melodramáticas, siempre entrañables— que evocan al amor, al desamor, a la patria y la alegría de vivir; cuyos derechos fueron brindados en más de 1500 ocasiones para ser interpretados por cantantes que las grabaron incluso en inglés, turco, japonés, alemán, francés, italiano, tagalo o tagálog (de Filipinas), griego, papiamento (de Curazao) y portugués.29

Su muerte representó un luto internacional.

President Obama on Juan Gabriel: “His Spirit Will Live On”. Recuperado de https://www.billboard.com/articles/columns/latin/7488049/obama-juan-gabriel-tribute
La carrera musical de Juan Gabriel en números. Recuperado de https://expansion.mx/ estilo/2016/08/28/la-carrera-musical-de-juan-gabriel-en-numeros
Anonimo
Juicio de Amparo / Mariano Otero Mestas

El juicio de amparo es una aportación que el jalisciense Mariano Otero Mestas (Guadalajara, 1817–1850) hizo al Derecho mexicano e internacional. Esta herramienta jurídica se gestó en el siglo XIX y garantiza la protección a los ciudadanos ante posibles abusos o actos arbitrarios de la autoridad.

En 1842, el jurista fue electo como representante en el Congreso Constituyente, convocado con el fin de modificar las Siete Leyes Constitucionales del Régimen Centralista de 1836. Otero pertenecía a la comisión redactora y se pronunció por el establecimiento de una República federal y democrática. Sus ideas no fueron bien vistas por Antonio López de Santa Anna, quien clausuró el Congreso y mandó detener a Otero, junto a otros involucrados, quienes estuvieron 44 días incomunicados, acusados de atentar contra la paz de la República.

Luego de su liberación y al haber sido detenidos sin un delito claro que los condenara, Otero consideró que debía formularse un instrumento legal que amparara los derechos y garantías de las personas ante la autoridad. Con el apoyo de Manuel Crescencio Rejón, logró la incorporación del juicio de amparo en el Acta Constitutiva y de Reformas de 1847, a nivel federal y posteriormente a la Constitución de
1857 y de 1917.

Con una visión jurídica adelantada a su tiempo, Mariano Otero es considerado como uno de los constructores del Estado mexicano. El juicio de amparo abrió un espacio de protección constitucional de los derechos humanos que ha inspirado figuras similares en otros países.

© Agustín Víctor Casasola / Secretaría de Cultura-INAH
Katy Jurado Paramount/Getty Images

Cuando tenía apenas 15 años, el talento de María Cristina Jurado García (Guadalajara, Jalisco, 1924– Cuernavaca, Morelos, 2002) llamó la atención del director Emilio “El Indio” Fernández, quien le ofreció un papel en su ópera prima La isla de la pasión, pero la adolescente no tenía el permiso de sus padres para actuar, así que tuvo que rechazarlo.

Más tarde, en 1943, aún sin permiso, debutó en la película No matarás, dirigida por Chano Urueta, y empezó a ser conocida artísticamente como Katy Jurado. Para 1951 ya se había mudado a Hollywood, donde trabajó como columnista de cine, periodista de radio y crítica taurina.

Fue precisamente en una corrida de toros en donde conoció al actor John Wayne y al cineasta Budd Boetticher, quien la integró al elenco de la película The Bullfighter and the Lady (1951). Así comenzó su exitosa carrera, convirtiéndose en un personaje habitual del cine western de la época. Con el tiempo, le llegaron personajes más complejos; se especializó en interpretar a mujeres perversas y seductoras. Trabajó en más de 60 películas en las que compartió créditos con figuras como Charlton Heston, Marlon Brando, Grace Kelly y Elvis Presley.

Fue la primera actriz latinoamericana en ser ganadora de un Globo de Oro, por su actuación en la cinta High Noon (1952), y la primera en ser nominada a un Óscar en la categoría de Mejor actriz de reparto por su interpretación en Broken Lanceen (1954), abriendo las puertas de la meca del cine a sus sucesoras.

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